Casa tomada
Las celebraciones del año nuevo son cada vez íntimas y en casa. La cantidad de escorias que vacían condominios aprovechando este día, hace que salir a bailar a una salsoteca toda la noche, resulte un asunto prescindible por seguridad.
Décadas atrás, uno podía caminar de madrugada y vomitar la borrachera en la pista, sin que ningun engendro fumonesco, te desplumara hasta el condón.
No existían combis, ni urracos, ni superpoblació, n sino esos lanchones que te llevaban y traian a casa y, cuyos conductores, no eran delincuentes, pese a que estaba de moda, el loco Perochena y Pilatos.
Pero, ahora la delincuencia ha aumentado. Niños de 12 años asaltan con pistola y bandas de antisociales se agarran a balazos en el Callao.
Una encuesta publicada en Perú 21 arrojó que la gente prefiere que retorne el toque de queda.
Si, pues salvo que uno se arriesgue y le de su billete al vigilante de la urbanización para que cuide la zona ( asunto que tampoco es confiable, pues la mayoria de vigilantes son ex rateros ) no puede decirse que se ests seguro de encontrar, a la vuelta de la juerga, tu televisor de pantalla plana de 24, en tu salita de piso parquet. Nunca antes bailar en la azotea fue y es divertido. La libertad termina donde empieza la del ratero.
¡ Qué país!
Feliz año.
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