Se acabó el sueño de Villanueva Chang. Pese a sus 217 mil seguidores en Twitter, su página web que aun funciona y sus grandes firmas, Etiqueta Negra, la revista de nuevo periodismo financiada por los hermanos Jara, llegó a su fin en su edición impresa número 217 sobre vaquitas y el luchador que enseñó a caer al Che Guevara,
Fueron dieciseís años que la revista intentó ser un New Yorker cholo con el apoyo de Vila Matas, Lee Anderson, Guillermopietro, Caparros, pero solo sirvió para que sea facturado y de lectura obligatoria por la gentita de la Universidad Peruana de Ciencias aplicadas de la carrera de periodismo donde alguna vez Villanueva, Avilés y Toño Angulo " enseñaron" periodismo de no ficción y le vendieron a sus alumnos y talleristas la posibilidad de dejar de ser un simple redactor periodístico y llegar a ser " escritor" a lo Vargas LLosa. Todo tiene su final.
Allá por el lejano 2002, Julito Villanueva se dio cuenta que ya El Comercio no le llenaba con las crónicas urbanas que aquel escribía. Que los lectores pedian otras cosas. Entonces, decidió convocar a sus colegas que también se despedían o renunciaban a la noticia fugaz del periódico de ayer y buscaban el nuevo periodismo, léase trascender y crear una revista para distraídos.
La idea copiada de New Yorker fue buena. En principio el calichin Vilela, estudiante entonces de periodismo de dicha universidad y alumno de Villanueva, con su crónica del cadete Vargas Llosa que luego fue libro y su entrevista con el píntor Tola , entre otros reportajes, llamaron el interés de los lectores , pese a lo caro de la revista.
El paroxismo llegó a su climax con el escandalete de la homosexualidad del lider aprista Haya de la Torre que el cronista d e la revista, Toño Angulo, escribió y descubrió entre artículos y full trabajo de hemeroteca y entrevistas apoyado por un tal Escalante. Al tio le pegaron los bufados en una presentación del libro Llámalo amor , si quieres y entonces como que la gente volvió a echarle el ojo y ver la posibilidad de comprar la revista, libro incluido.
Pero, poco a poco, la cresta de la ola bajó. Villanueva empezó a ceder sobre algunos principios que había establecido para su hijo Etiqueta . Y autorizó publicar cuentos y fotos.
Solo el billete de la publicidad y de los alumnos y alumnas de periodismo de la UPC soliviantaron la bolsa.
La revista se hizo delgada en su formato y se convirtió en extractos de reportajes,. semblanzas,de algunos colaboradores y practicantes de periodismo que podían pagar los viajes para sus cronicas y recibir el apoyo del comité editorial en la verificacion de datos y estilo .
Hasta que se fue del mando de la revista Villanueva , se fue Angulo a España a vivir con su catalana ,y entonces quedaron sus asistentes , entre ellos una charra apellidada Cantú.
Quedará para la colección, el número sobre Vargas Llosa de la premiación del Nobel- aunque luego de Ysabel Preysler- los cuernos nunca pasan de moda, Quedará el numero sobre David Bowie como ejemplar para conservar.
Y es que sobrevivir como redactor de una revista impresa y encima, la más cara del mercado, por mas de diecisiete años es una utopía y que se siga imprimiendo, un esfuerzo heróico.
lunes, 26 de noviembre de 2018
LOS NOVENTA AÑOS DEL RATÓN MICKEY MOUSE
LOS NOVENTA AÑOS DEL RATÓN
MICKEY MOUSE
Entre denuncias de explotación de sus trabajadores del
parque Disney
El ratón Mickey Mouse , creación de Walt Disney
cumple noventa años y ya debería estar engullido en un gato o envenenado con el
raticida Campeón , ese veneno caramelo
de los suicidas de las paginas de El
Popular y tantos diario de cincuenta céntimos. La figurilla de papel y
lápiz las celebra en medio de denuncias de explotación de trabajadores de su campo
temático.
Era común en nuestra infancia ochentera ver las
historietas en papel y en televisión del
ratón Mickey y Minnie. Por ese entonces estos costaban baratísimos y no como
ahora a dos soles porque a cierto diario
se le ocurrió poner ese precio a sus
comics que vendía con cada cupón.
Notas al margen,
estos comics fueron parte de una
época de sangre, crisis y desesperanza en mi niñez . Pasada esa etapa , Mickey me acompañó en mi primer amor. Recuerdo el dibujo que hice de ratón y su novia besándose que adjunté
en la carta de amor a una dama que amé
entre gallos y medianoche oyendo a Héctor Felipe por radio A en mi walkman
Sony de 30 dólares .
Y aunque parezca risible, el ratón también formó parte de mi vida universitaria. Más que por un taller de comic que dictaban en
Letras de la decana, por un libro llamado “La pedagogía
reaccionaria de Walt Disney” de un tal Winston Orrillo.
Librejo que hoy lo
vi perdido entre manuales de Proyecto de inversión del puesto del librero Luna y que, entonces, Orrilllo
vendía carísimo para un estudiante que apenas tenía para su
empanada de carne y su medio pasaje.
Parecía el ratón multiplicarse en mi vida hasta llegar a
un reportaje de la revista Etiqueta negra- que en paz descanse - donde se veía
el lado negro de los chambas del parque temático de Disney en los Estados Unidos. Trabajadores que enfundados en Pluto, Carabela, Bambi debían soportar
el calor y los maltratos de sus jefes
según el informe.
No sé si ante esta suerte de ejemplo para
El Capital de Carlos Marx,
Mickey tenga para celebrar . Lo único cierto es que por el momento no
leo ninguna historieta - salvo las de Sukia y su mayordomo Gary , un gay asqueroso., Lo que
es probable es que si embarace a mi novia, tendría que llevar a
mi hijo o hija a un nido , un pre colegio y
allí sí me
vería cara a cara al ratón en tamaño inmenso con sus gigantografias evadiendo
los derechos reservados a Disney. Como quien nadie sabe para quien trabaja. ¿no?
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