Sòlo dos. Con la muerte del escritor Carlos Fuentes, el Boom Hispanoamericano se queda con la dupla García Márquez -Vargas Llosa como los ùltimos ejemplos del maravilloso Boom Hispanoamericano. Y es que ese fenòmeno que algunos llamaron comercial renovó las letras de entonces y permitió que perdurasen una retahila de escritores de talento, creatividad y vasto manejo de tècnicas narrativas contenporàneas,
Carlos Fuentes fue uno de ellos.
Recuerdo la primera vez que lei su novela La muerte de Artemio Cruz en la Facultad de cierta universidad. Fue una sensación interesante de conocer toda una historia de Mèxico. Fuentes me hizo leer a lápiz y papel como dirìa Vargas Llosa de Faulkner. Resultó alucinante su novela Cambio de piel, premio Biblioteca Breve donde combinaba a Monteczuma con unos beatnicks.
Tras esa experiencia, me topè con el cuento Aura que me descolocò y me hizo ver las posibilidades del narrador en segunda persona y de la mujer vampiro tal cual lo señalò Mario castro Arenas en un ensayo. luego Terra Nostra me pareciò a Ulises hasta que tope cons us ensayos donde, tras elogios a Goytizolo, le regalò dàdivas al diplomatico Hèctor Aguilar Camin de quien no pasè ni media pàgina.
Las posteriores obras fueron discutidas por sus criticos pues veìan a un escritor que se enredaba como una madeja. De todas formas, discutido o no , Mèxico y la literatura extrañarà la audacia, técnica literaria y vasto registro de Fuentes, por los siglos de los siglos.
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