Macondo en el recuerdo
Dos años atrás , el escritor colombiano Gabriel García Márquez falleció en México tras una prolongada enfermedad. Con su muerte se fue yendo la penúltima figura del Boom creada por Carlos Barral del que hoy queda Mario Vargas Llosa.
Y vaya que su ausencia se extraña en un mundo donde la inmediatez web ha empeorado en algunos sus contenidos y novelas.
Atrás esos días que leíamos en nuestra banca de la facultad de Letras de nuestra Universidad sus novelas de la editorial Oveja negra , al alcance de nuestros magros bolsillos. Una sensación indescriptible para un veinteañero que hacia su primeras armas en el curso de Taller de periodismo I con cierto profesor bigotón y cascarrabias .
Qué decir de los testiculos del Otoño del Patriarca, de Juvenal Urbino, del médico que nadie quería enterrar por sabe Dios qué misterio en La hojarasca, por el coronel Buendía esperando su paga con su gallo , por los secuestradores que escuchaban a Guns Roses de Noticia de un secuestro, o los estupendos artículos de Notas de Prensa; modelo de como escribir , de antologar en tu archivo y ahorrarte el tallersucho carero de Ch- Eloy Jaúregui.
Hoy, recomiendo a todos esos jóvenes que ven potos y las chicas que ven músculos por la televisión, que se aventuren a leer todo lo de Gabo. Y aún mas a los estudiantes de periodismo que lean como lo hizo Vargas Llosa con Faulkner con lápiz y block , encontrarán esos secretos de las novelas , cuentos y obra periodística que ni el rojimio Juan Ma Robles que dicta Cronicas en el centro cultural de la PUC o e l inefable Cueto , te enseñarán.
Te extrañamos , Gabo y lástima que quedó en deuda la segunda parte de tus memorias.
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