En Colombia tu pides un libro de reciente publicación y te
lo prestan , aquí deben pasar dos años
Hoy 23 de abril se
celebra el dia del libro en alusión a la
muerte de dos grandes de la literatura universal, Miguel de Cervantes Saavedra
y William Shakespeare y un mestizo, el
inca Garcilaso de la Vega. Mientras en
otros países se apoya la cultura del libro y no te revisan a la salida en una
biblioteca como si fueses un asqueroso ladrón de libros, aquí preferimos la
basura que la cultura. No todos por supuesto.
Aventurarse a leer el último libro de nuestro nobel
Mario Vargas Llosa en la biblioteca
publica es imposible. Según sus
criterios deben de pasar dos años para que lo leas mientras tanto no está para
disposición del público . Se presume
que no los pirateen. Nada mas falso y ridículo. Ante
esa disyuntiva que promueve la
lectura, aquel bibliófilo optará por una
edición pirata pues la original cuesta 66 soles que destrozaría su presupuesto
de 850 soles menos el 13 % de descuento
de AFp u Onp, según sea el caso.
El pirata te lo ofrece a
diez soles .
Con esa tentativa
quien no se resistiría a comprar
.
Es la realidad , señores . Y ni que decir de los l ibros de
medicina . Que según un informe del
pelado periodista ex Comercio, Julio
Escalante el autor real de Llámalo amor , si puedes( hizo toda la chamba para
Angulo), ahora por ser país que estamos
bien en economía ya no nos consideran tan pobres y por tanto, los médicos deben
pagar suscripción para tener acceso a libros de medicina que antes los podían
descargar por ser nación pobre.
Osea, volvemos a san
Pirata para que el doctorcito pueda saber los últimos avances sobre la
hepatitis C y no se quede con la medicina del interferón .
Fuera de ese lio de nunca acabar , solo nos queda las ferias
de libro de Amazonas o al jirón Camaná y algún carero de Quilca que por allí te rebaje a
Bukowsky.
AL menos, el gordo
Abelardo es un buen pata y ha culturizado a tanta gente que da ganas
de irse a chupar cebada con él, como ya lo ha hecho el blogger Ruiz Ortega.
LA cultura no debe ser cara, señores . Y dejen de tratar al
publico como vulgares rateros de libros
, señores de la Biblioteca Pública.
Vigilándoles sus mochilas como si s e fuesen
a robar sus libros de ácaros y piojos. Eso no sucede en Colombia ni
menos en EE UU.
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