LA ULTIMA CRONICA
Periodista y escritor falleció de paro cardiaco
Con la muerte del periodista Guillermo Thordinke se cierra una etapa de aquellos periodista de la guardia vieja. Esos bohemios de sombrerito saco y corbata de aquellos tiempos de sepia. Todavía recuerdo los libros de Thordinke que leí en mis años universitarios en plena facultad, Aquellas lecturas de el Año de la barbarie y el Caso Banchero que no olvidaré por lo bien escritas que estaban y que complementé con A sangre Fría de Capote y el Ay que rico de Jaime Bedoya en elcurso de periodismo narrativo.
En ese entonces, no existían aquellos prestidigitadores cronicantes de indias que ganarse los frejoles afirmando que son los únicos que hacen peridodismo literario y narrativo .Y por allí, un emtonces treintón periodista que fue profesor apenas si tenía espacio para hacer crónicas divertidas esos si en un periodo famoso.
Después, nadie hablaba o comentaba de lo que era un ampay, un click, ni menos existíia la urraca Medina. Solo la prensa chicha fujimontesinista reinaba.
Mientras tanto, seguia leyendo Maestra vida , el libro que el finado escribió sobre Horacio Ortíz de Zevallos. Sé que muchos replicarán que Don Guillermo se vendió a García, que hacia libros por encargo y tantas otras banderillas, pero siempre he subrayado la obra, el estilo , fuera de si tuvo errores. Todos los tenemos .
Con todo, el año pasado pude leer el último libro de Thordinke , El rey d e los tabloides sobre otra gloria del periodismo , Raul Villarán y créanme que me encantó .Lo extrañaré, Don Guillermo.
Periodista y escritor falleció de paro cardiaco
Con la muerte del periodista Guillermo Thordinke se cierra una etapa de aquellos periodista de la guardia vieja. Esos bohemios de sombrerito saco y corbata de aquellos tiempos de sepia. Todavía recuerdo los libros de Thordinke que leí en mis años universitarios en plena facultad, Aquellas lecturas de el Año de la barbarie y el Caso Banchero que no olvidaré por lo bien escritas que estaban y que complementé con A sangre Fría de Capote y el Ay que rico de Jaime Bedoya en elcurso de periodismo narrativo.
En ese entonces, no existían aquellos prestidigitadores cronicantes de indias que ganarse los frejoles afirmando que son los únicos que hacen peridodismo literario y narrativo .Y por allí, un emtonces treintón periodista que fue profesor apenas si tenía espacio para hacer crónicas divertidas esos si en un periodo famoso.
Después, nadie hablaba o comentaba de lo que era un ampay, un click, ni menos existíia la urraca Medina. Solo la prensa chicha fujimontesinista reinaba.
Mientras tanto, seguia leyendo Maestra vida , el libro que el finado escribió sobre Horacio Ortíz de Zevallos. Sé que muchos replicarán que Don Guillermo se vendió a García, que hacia libros por encargo y tantas otras banderillas, pero siempre he subrayado la obra, el estilo , fuera de si tuvo errores. Todos los tenemos .
Con todo, el año pasado pude leer el último libro de Thordinke , El rey d e los tabloides sobre otra gloria del periodismo , Raul Villarán y créanme que me encantó .Lo extrañaré, Don Guillermo.
