Cada uno lo sabía y así funcionaba en el salón y en el barrio. Ser homosexual, gay o fallado era la peor basura que le podía suceder a alguien. Todos teníamos en mente poseer a Farrah Fawcet, Linda Carter, Olivia Newton John , Lucia Méndez o la modelo que daba la hora. No sé si Pilar Brescia o en mi caso, Giovanna Velez, pero jamás a Burt Reynolds, Telly Zavalas o a Robert Redford.
No existían los transgéneros. Al menos, en nuestro infantil y adolescente mundo de bombas y crisis. Barbie era la novia de Kent. Las historietas Susy las leían las chicas. Los patrones lo mismo. La mujer debía estar en la cocina y no contradecir.
Uno podía ser lorna ,pero marica, nunca. Y con delectación, veíamos como los lornas y los pendejos hacíamos callejón oscuro a los gays ,uno por uno.
Pero era inevitable , mas los reventábamos a patadas para que se desahueven y mas seguían. Recuerdo cuando llego el SIDA. La Giovanni se tuvo que esconder sino no la dejábamos ni que nos prestase algo o invitase una Lulu helada o un chocolate Mostro. Nos podía contagiar y morirnos .
Tiempo después, supe que la homosexualidad había existido desde tiempos memoriales. La Iliada, mas que el rapto de Helena, descubría la relación de Aquiles y Patroclo. Hesse era homosexual , lo mismo que James, Gide, Baldwin, Mishima, Moro, Eielson e incluso, aunque lo nieguen, Rose.
No sé que habrá sido de la Giovanni. Solo supe que un dia pretendió entrar a la fiesta de Roxana ,una amiga que cumplia 18 años y era feliz por ingresar a la UNMSM y su papi , loparó en la puerta, pese a los ruegos de mi amiga.
" yo te conocí hombre, Giovanni. No puedo permitir maricones en la fiesta d e mi hija" fue lo que le dijo el viejo de Roxi, un suboficial cholón y rudo y que casi me calza cuando vi que piropeaba a otra amiguita en su casa.
Giovanni, se tuvo que ir con su pañoleta en la cabeza , su blusa sin mangas , su jean crema y sus suecos a otro lado. Al escrúpulos, al Vale todo o a donde estuviese sus idolos Jossy Tassy, Susan Renzo o la Coco, una institución de la mostaza de entonces.
No volví a ver a nuestro lady boy nunca mas, pero si con asco, en estos ultimos tiempos, a muchos Giovannis y lesbis en el Centro civico o en los multicines de Lima. Y creánme que el tiempo ha cambiado y acaso estaremos presenciando un retorno a la Sodoma biblica. Y al fin del mundo.
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