Biografía pone al descubierto a quien era modelo de muchos cronistuchos portátiles y distraídos con verificador de datos a la mano.
“Para el periodismo o la historia la verdad depende del cotejo entre lo escrito y la realidad que lo inspira. A mas cercanía, más verdad y , a más distancia, más mentira”
(Mario Vargas Llosa. “La verdad de las mentiras”, Ed. Alfaguara, p 20, 2002)
Le metió el dedo a muchos y por décadas. El polaco Rizard Kapuscinsky, considerado un clásico “ novedoso” en el periodismo actual, por sus crónicas y reportajes supuestamente objetivos, resultó siendo un farsante en sus labores reporteriles.
El autor de este descubrimiento : su discípulo, Artur Domoslawsky, a través de una biografía de pronta publicación, y que, en el declaraciones dadas a El País, dijo que “aquella anécdota que Kapuscinsky contaba que había sobrevivido a ser fusilado cuatro veces, era mentira. “ Hasta donde se sabía él, era el único testigo de lo que supuestamente le había sucedido. Según testimonios que encontré en uno de esos casos, Kapuscinsky no fue el único testigo(…) )no puedo concluir que los otros tres casos en que Kapuscinsky dijo que había estado fusilado porque en estos él fue el único testigo”
También, Domoslawsky refirió que Kapu” sabía que parte de la literatura son los mitos y leyendas , y que el imaginario del mundo intelectual está repleto de estos sobre escritores (…) la palabra fabulación es más justa. Kapuscinsky mismo usaba la expresión intensifica la realidad para contar lo esencial sobre ella “
Mas adelante, Domoslawsky reiteró algo que oí de discípulo de Julio Villanueva Chang que me dijo que los norteamericanos del nuevo periodismo mintieron en sus crónicas y reportajes. Asi, el mentor declara que Kapu: “dijo que había recorrido la ruta del Che en Bolivia y a partir de esa frase se creyó que estuvo junto a él . en las portadas de la edición inglesa de la guerra del fútbol y de ébano se publicitaba que habían tenido amistad con el Che o Lumumba. Y Kapuscinsky nunca lo corregía ni lo negaba. Cuando Jon Lee Anderson estaba preparando la biografía del Che, le preguntó si lo había conocido y K le dijo que eso era un error de la editorial. Pero pasaba los años y las mismas frases aparecían en las cubiertas de sus libros “
¿Se hizo el distraído el polaco? ¿Qué dirá ahora el cronista Julito Villanueva Chang quien, ironías de la vida, lo entrevista aquí y decía que Kapu era lo máximo en el periodismo y debían leerse los libracos del polaco tramposín e imaginativo?
Pese a los ataques de la viuda del periodista, Domoslawsky, dijo que su biografía no pretende ser sensacionalista o manchar honras, pues respeta a Kapuscinsky y que, más bien, entiende las licencias que se tomó el periodista en sus reportajes.
¿Será capaz Villanueva de hacer un reportaje en su revista que codirige desmintiendo a su maestro Kapu como lo hizo su colega Carlos Paredes sobre el oficial peruano Antonio Ketín Vidal en Etiqueta Negra?
Sea lo que fuere, las obrichas de Kapu como “Viajes de Heródoto”, “La guerra del fútbol”, “Ébano”, puede leerse como buena literatura y puro floro, pero como periodismo ahora sí se discute. Si antes era modelo de periodismo , hoy es de trampa, embuste y truco o eufemísticamente, licencia… tramposa.
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