Autor de "A sangre fría" aún se extraña en medio de la bolañofilia
Se autodenominaba genio de la literatura y era famosa sus frases venenosas contra su colega Jack Kerouac al que llamó mecanógrafo y los líos con el recientemente fallecido Gore Vidal. Era parte de su personalidad controvertida. Truman Capote enseñó a muchos, con sus novelas y reportajes. Se murió de cirrosis en 1984 sin terminar su novela "Plegarias atendidas", pero dejó material para la eternidad.
" Las mujeres son como las moscas siempre se posan por encima de la mierda"
Truman Capote
Año noventa y pico. Aún recuerdo cuando compré "A sangre fria" de Capote en el Bazar de libros viejos de Grau a 3 dólares contra los 30 que pretendían cobrarme por su reedición de Anagrama, una libreria usurera. Su lectura fue adictiva en alguien que hacía sus armas en el periodismo.
El asesinato de la familia Cutler por dos miserables llamados Perry y Dick en Holcomb, contado por el norteamericano, me impactó y fui a buscar otros libros suyos. Encontré, entre un arsenal de ofertas, "Desayuno en tiffanys" y me encantó sus pequeños cuentos.
En dichos años, Villanueva Chang, escribía sus croniquitas en "El Comercio" y habia publicado su librito "Mariposas y murcielágos" cuya prosa era hormiga ante Capote. No existía Etiqueta Negra y fuera del aludido Truman se leía a Mailer, la Fallaci, Walsh como también a José Carlos Mariátegui, en lo referido a Nuevo Periodismo.
Justamente, tras leer "Música para camaleones" del mismo Truman se desató la polémica, entre los alumnos y alumnas de la Base X. El entonces cuarentón maduro Umberto Jara, ex Hora 20 y autor de "Ojo por ojo" le echaba flores al libro y decía que era imprescindible para periodistas. El debate se enfrascaba en resolver si lo que habia escrito el norteamericano resultaba periodismo o ficción.
Ningún profesor me supo dar la respuesta.
Años después, con el devenir de la internet y leyendo en inglés , supe que Capote era muy hábil para mentir o maquillar algunas escenas para que la narración salga redonda.
El mismo García Márquez, en una de sus crónicas en Venezuela, habia inventado una escena para levantar lo que escribía y hacerlo digerible.
Fue Rosa Montero quien en su libro "La loca de la casa" desnudó a Capote y le enrostró el porqué había inventado al personaje Lowell Lee de "A sangre Fría".
Pero, fuera de toda critica y desliz en la profesión ( el polaco Kapu también mintió en unos datos de El che según su biógrafo para estupor de Villanueva Chang quien consideraba a K , Dios), hay que seguir leyendo a Capote. Leer sus prólogos donde habla de la diabólica división de los párrafos. De su cocina literaria.e incluso su biografía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario