sábado, 25 de junio de 2011

CUARENTA AÑOS SIN QUERER QUERIENDO


El Chavo del ocho cumple 40 años de hacer reír a grandes y chicos


(foto google)

Pensar que en principio fue parte de una serie. No obstante, llegó a ser un programa que desde su creación un 20 de junio de 1971, aún ahora, en tiempos de calentamiento global, Apocalipsis 2012, sigue cautivando generaciones. El Chavo del ocho cumple 40 años y su mentor Roberto Gómez Bolaños hasta twitter tiene. Síganme los buenos.



Aún recuerdo esos años ochenta cuando tras hacer la tarea del colegio , veía por la televisión en blanco y negro ( sólo algunos privilegiados tenían su Zenith o Panasonic a color) a “El chavo del ocho” por el canal 4. Confieso que me hacía reír sus ocurrencias y, en parte, me identificaba con todos los personajes porque vivía en un barrio o vecindad, aún cuando no entendiese ni un guajolote lo que significaba comer aguacate en una delegación.
Eran tiempos macabros donde, antes de salir a recorrer las calles de Lima y alrededor, tenias que encomendarte a Dios, aunque seas ateo, para que no terminases en un monton de spaghetti y huesos por un coche bomba de Sendero Luminoso.
En dicho panorama de horror, guerra, crisis y abigeos, El Chavo representó para muchos niños y no sé si jóvenes o adultos, una especie de paliativo humorístico para olvidar lo que se vivía.
Cómo olvidar el romance de Doña Florinda y el profesor Jirafales, con un amada que nunca se sacaba los ruleros. Cómo no enternecerse en algunos momentos con el Chavo y preguntarse por qué no tenía papá ó buscar entre la gente del barrio al niño rico y creído que representaba Quico con sus cachetes de marrana flaca, o reirse del peculiar llanto de Ñoño, erotizarse de las piernas de la Chilindrina y darle permiso a Monchito Don Damón.
Y es que todo aquello se repetía no sólo en los niños de mi barrio sino en muchos otros.
Fue tan fuerte esta fiebre del Chavo que me persiguió en la adolescencia, pese a las calenturas de la rumbera Alejandra Padrón y de Sandra Villarroel, las películas de Porcel y La serie Rosa.
Aun pasado ese furor y los estudios universitarios con sus paros armados, siempre quedaba entre mi biblioteca y las fotos de la pelandusca Lili, un videíto pirata de El hueco en mi Dvd de lo mejor del chavo para impregnarme de risa y ser felíz hora y media o más.
Conocí un amigo publicista que para hacer slogan se inspiraba en los diálogos y gags del programa.
Hoy que Don Roberto convalece de una operación a la próstata y Rubén Aguirre aún se gana la vida en circos, nunca olvidaré lo que ellos representaron en mi niñez, adolescencia y adultez y etc, etc, porque este programa es eterno y seguro hará reír a nuestros tataranietos, hasta que venga el Armagedon. Fíjate, fíjate, fíjate.

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