martes, 26 de octubre de 2010

LOS VISCERALES MONÓLOGOS DE PEDRO CORNEJO GUINASSI


Debut con garra

Conocido por sus artículos de rock en El Comercio y promotor de musicos con la abortada Navaja, Pedro Cornejo acaba de incursionar en la literatura con "Sin pena ni gloria", cuyas páginas enganchan para cualquier alma atormentada.



El debut literario de Pedro Cornejo con sus monólogos "Sin pena ni gloria" acierta por su estilo visceral, sin ser coprolálico o punkoide como el loco Cochebomba o tantos fronterizos u esquizoides.
En la contratapa del libro se le ha comparado con Dostoiesvsky y la loca Hesse del Lobo Estepario, pero fuera de esas alusiones comerciales, el libro con carátula de la pandereta de Mar de Copas, Claudia Salem, se defiende solo.
Cornejo no duda en atrapar de arranque con un acontecimiento maldito ( la muerte de su vieja con telón del Brasil _España de México 86), para desarrollar una cadena de sucesos que terminarán perfilando la psicología del autor. Un arequipeño misógino, tímido, misántropo y autodestructivo entre otras patologías.
Asi refiere paltas como: " ...faltaba poco para que cumpla 25 años, una edad que siempre encontré ideal para morir", "Mis padres eran como el agua y el aceite" ( 13), " Una noche(...) yo cogí de una despensa una botella de formol y me la bebí. No sé muy bien cómo pero el hecho es que mi hermano se percató (... ) de lo ocurrido y (... ) me ahogó en leche fresca, realizándome un lavado gástrico ( ...) que (...) salvó mi vida". " Era un chico enfermizo, frágil y sin demasiado apego a la vida. Nunca heredé la tradicióm paterna resolver las diferencias con los otros a puñetes" ( 23) Una suerte de situaciones que no escapan del interés del lector de protejer al débil. La víctima que no se guarda nada ante las mujeres.
" Las vecinas de la quinta (...) se vacilaban dándome unos besos con lengua que me ponían tan excitado que ni bien tenía la oportunidad de meterme al baño, me masturbaba a mas no poder ( 56) " En mi adolescencia sólo supe de rehazos (...) ( 57), mujer que no jode es hombre ( 58)

En resumen, unos monólogos que bien vale la pena leer por la fluidez escritural de un autor que no duda en explicar la mierda que lo asfixia.

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