Tras estrellar su Lima Combi , irse becado a EE UU para ser Don Delillo y escribir una columna en La República.
El retorno del hijo pródigo. La vuelta del periodista Juan Manuel Robles a El Comercio via columna de viernes, más que crear interés o polémica, confirma a un tipo nostálgico y que no olvida a sus amigos.
En su segunda columna en el nuevo Comercio, Robles se presta para elogiar la antologia de una serie de escritores como Caparrós, Wiener y Meneses, que , oh maravilla son sus amigos. Ja. Nada de criticas sino puro publicherry a quienes alguna vez le taparon los huecos o sirvieron de fuente para una crónica, perfilucho o historia en esa caricatura barata de New Yorker llamada Etiqueta Negra suscripción obligatoria de los cachimbos y alumnos regulares de la UPC.
¿Para aquello retornó el tipo a El Comercio?
Porque convertir su columnita en publicherry cuando hay otros temas por analizar, es perder el tiempo y confirmar lo que dijo Faverón del diario de los Miró- Quesada, que están en nada y sus columnistas del mismo modo.
Lástima para el divino Juan Ma. No querer encender su prosa sino escribir memeces. Espero que las próximas entregas mejore para bien de quienes aún comprar el diario.
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