Tras tres novelas olvidables como las derrotas del once de Gareca, Renato Cisneros logró acertar con " La distancia que nos separa " , una historia donde disecciona a su padre ,el gaucho Cisneros y se descubren muchas cosas; de un uniformado que, vaya uno a saber si llegó a torturar a un terruco o un soldado chileno.
La literatura también es escándalo. Como el escritor gay Capote en su novela incompleta Plegarias atendidas develando la violación del patriarca de los Keneddy a una sirvienta, Renato Cisneros elabora en su novela un cóctel donde nos muestra a una familia incompleta, un padre picaflor, un hijo acomplejado.
Asi , desfilan episodios íntimos como el de un militar que abandona su familia constituida por una secretaria de ministerio y hace una nueva vida , cría a sus tres nuevos hijos ( Renato uno de ellos ) pero sin tener el divorcio a la mano.
" Era hijo d e un mito- un, matrimonio sin evidencias "
Y uno se interroga ¿ Es Renato Cisneros el hijo de una amante de su padre ?
Cisneros, para no enrojecerse de su origen, lo suaviza y dice : " Mi padre no era un coleccionista d e mujeres ( ) era un seductor selectivo"
Pero ese papá militar y rígido no admite hijos maricas:
" Se enfureció cuando notó que me había dejado una colita de pelo (... ) yo no quiero maricones en esta casa"
Lo que prosigue es ese miedo del protagonista Renato a su padre. Cierta rigidez vertical . Los dos cocachos por haber sacado 18 de nota. El complejo de culpa del hijo porque su padre haya permitido alojar a un militar argentino de la dictadura de Videla . Un angelito que como Masera dice que se palomeó comunistas en nombre de Dios.
Un padre que al final morirá reventado de cáncer de próstata.
Unos tíos maricas que no faltan en una familia
Un conductor ojiverde de programas de cultura , homosexual para variar y que ya había sido incluido en la opera prima de Jaime Bayly, pero como coquero.
Dato curioso del libro; Ni una chica aparece como la enamorada de Cisneros . Nada . ¿ Es o no es?
La distancia es un buen paso de Cisneros, en el raquitico panorama literario y acaso dispute el mejor libro de este maldito 2015 ( personalmente fue horrible) con el Ni monjes ni soldados del periodista Salinas y la bella Paola Ugaz.
Se recomienda su lectura.
1 comentario:
que seria del mundo si los hijos de los guardianes de los campos de concentracion escribieran libros de sus padres como buen padres o malos padres, ¿esta bien que hijos de asesinos se llenen los bolsillos? pues la respuesta es logica.
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