Unas líneas a mi mamá que ya no me mima con mimi
Es bien bravo escribir sobre ti, mamá. Mucho más cuando tras cocinar para todos mis compañeritos pan con atún, haberte soplado mi nerviosa recitación en plena actuación en la primaria ochentera entre apagones y abigeos. Es bien jodido, mamá.
Muchas veces fui un mal hijo; taciturno y arisco. Nada cariñoso ni siquiera con la mujer que me quitaba el sueño entonces: una charapita que terminó embarazada terminado su quinto. Lo admito. Quizá no te haya gustado que no sea gerente y tenga mi propia consultoria pero las letras me ganaron desde ayer , desde hoy desde siempre. No puedo dejar de admirar como te fajaste con mi padre en el Hades de García Y Fujimori cuando el país estaba hasta las calancas y te graduaste en economía. Pero sé que, pese a todo lo vivido mi tahona estuosa, te debes sentir orgullosa que forjaste alguien que siempre odió lo ilegal, lo ilícito. Sé que ahora vivimos separados porque ya no me asusta el cuco, ni existe el topogiggio, pero eso no quiere decir que este domingo me escape al barrio con algún obsequio y entonces vuelva a sentir tus manos, tu voz. Te quiero, mamá y pronto tendrás un nieto cuando los fondos ya sean disponibles.
FOTO: GETTY IMAGEN
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