Nunca confíes en su prosa del ex busca novia
La última creación del ex blogger, Renato Cisneros, demuestra que como novelista es un excelente guionista de programas cómicos pues, el adefesio que ha redactado llamado “Nunca confíes en mí”, va camino a ello.
De arranque, la historia que Cisneros dice no es suya sino de un par de amigos, deviene en un cúmulo de situaciones, gags que, más que interesarnos, parecen ser refritos de otras historias con la salvedad de que la del autor es bazofia impresa.
Uno puede darle la vuelta a historias como el adulterio y tener éxito, sin caer en las chorradas de Corín Tellado, pero la forma como ha enfocado el hijo del gaucho es, por decirlo, grotesca y ordinaria. Grotesca, porque Cisneros se excede en lo coloquial , jerguístico y, ordinaria, porque su personaje Gabriel, el atrasador, La tramposa Amanda y el cornudo, son tan comunes y sin un ingrediente que los identifique con otros usados por novelistas.
El escritor chileno Roberto Bolaño supo utilizar la jerga y congregar a los puristas, esos que leen a ensayistas como Said, Baudrillard. Cisneros pareció seguir los postulados de los doctores del humor Melcochita, Barraza, Chuimán y Condorito.
Un personaje todo ramplón y sin estilo le dice a otro ¿Templado o enchuchado?- Nada que ver . El sexo es mostro con ella, pero esto está mucho más allá. Siento que Amanda es la mujer de mi vida” (pág 59).
¿Habrá sido asiduo oyente Cisneros de ese programete de radio llamado el club de los gatos enamorados? Aquel donde las parejas se psicoanalizaban ante un meloso dj.
“ Mira broder, yo ya te dije, dale tiempo al tiempo, aunque suena a consejo de Camucha Negrete” ( p 59) es otra perla de lo que uno leerá, si no le alcanza el billete, para comprar un libro de Vila Matas o hasta Gustavo Rodríguez., ese pelado que es publicista y acaba de estrenar nueva novia, tras salsearse con su primer amor, en un huarique de Jesús María.
Hay que felicitar a Cisneros porque no tiene muchos horrores ortográficos y de estilo. Quizá , gracias a la ayuda de Fabri Torres del Águila, su ex jefe en DXT de El Comercio o al magisterio de doña Martha Hildebrant.
Fuera de eso, el autor debería intentar buscar chamba como guionista con Michelle, Betito o con Carlos Álvarez, en vez de aburrir a los oyentes de Radio problemas y Capital. O tanto peor escribir memeces. Consejo de pata, como diría el pitufo Peredo.
Fuente; foto de RPP
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